Parroquia
San Miguel Arcángel
Seguinos:
Cuando pensabas que no te veía, te ví pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro. Cuando pensabas que no te veía, te ví arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida. Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo platicar y en quien confiar. Cuando pensabas que no te veía, te ví preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros. Cuando pensabas que no te veía, te ví dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen. Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro. Cuando pensabas que no te veía, te ví atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da. Cuando pensabas que no te veía, ví como cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca. Cuando pensabas que no te veía, ví lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar. Cuando pensabas que no te veía, ví que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser. Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca. Cuando pensabas que no te veía, te ví y quise decir: ¡Gracias por todas las cosas que ví, cuando pensabas que no te veía!
“NO TE PREOCUPES PORQUE TUS HIJOS NO TE ESCUCHAN, PREOCUPATE PORQUE TE OBSERVAN TODO EL DIA”.