Parroquia
San Miguel Arcángel
Seguinos:
Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: ‘ -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo, ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro. descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor.
Jesús nos dice hoy que él es “manso y humilde de corazón”. Y nos invita a examinar su corazón en el que cabemos todos.
¿Si usted tuviera que ofrecer una casa al evangelio de Jesús dónde lo alojaría? ¿En su cabeza o en su corazón?
El corazón, no la cabeza, es la única casa donde el evangelio de Jesús puede albergarse.
Los sabios e inteligentes tienen cabeza, los humildes y sencillos tienen un gran corazón.
“Te doy gracias, Padre”…
Jesús ofrece descanso a nuestros corazones siempre inquietos, siempre buscando, siempre deseando nuevas aventuras. (Padre Guillermo)