Parroquia
San Miguel Arcángel
Hoy comienza una nueva historia. Hoy iniciamos un nuevo tiempo de Adviento. Tiempo de espera, tiempo en el que experimentamos el gran Amor de Dios que viene a nuestro encuentro.
Permanezcamos vigilantes y descubramos el paso del Señor.
Guía: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Guía: Ven Espíritu Santo,
Todos: Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Guía: Envía tu Espíritu creador.
Todos: Y renovarás la faz de la tierra.
Guía: ¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Guía: Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios Nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en Belén y en nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.
Bendice Señor esta corona, que sea para nosotros medio para preparar nuestra alma para recibirte. Que al ver su forma veamos que tú, Dios eterno, eres el principio y fin de todo cuanto existe y su verde follaje nos recuerde la esperanza de llegar a recibirte.
Que al ir encendiendo cada una de sus velas se disipen las tinieblas del pecado y comience a clarear la luz de tu presencia en nuestras almas. Que por el espíritu de oración, penitencia y sacrificio, la caridad en nuestra vida nos prepare para recibirte y anuncie a los que nos rodean tu presencia entre nosotros.
Guía: Escuchemos la palabra de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos. (Mc13, 33-37)
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento»
En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!».
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Guía: Tenemos que estar preparados y no dejar para mañana todas aquellas buenas obras que podemos realizar hoy.
Siempre hay que vigilar, defendiéndonos de aquellos que nos pueden llevar por caminos equivocados y, estar atentos para ayudar a quien nos necesita. De esta manera, el día que el Señor venga por nosotros, nos sentiremos felices pues Él nos llevará al gran banquete de bienvenida en el paraíso, y recibiremos el mayor de los premios por hacer honrado Su nombre.
Después de unos momentos de silencio se debe motivar que los miembros de la familia hagan comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a que cada uno realice un compromiso.
Guía: Pongámonos en presencia de Dios y meditemos:
¿Cómo voy a prepararme para vivir este período de espera del Señor?
¿Tengo algún plan concreto para vivirlo en familia?
(Reflexión en silencio)
Guía: Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Muchos siguen siendo los signos de la presencia de Dios en la vida de nuestra ciudad. El Señor se manifiesta en los gestos más sencillos, en la sonrisa de los niños pequeños, o en aquellos que hacen de la solidaridad su opción de vida.
Celebremos la acción de Dios. No dejemos de prepararle entre todos el camino.
Guía: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Todos: Amén
Guía: Ven Espíritu Santo
Todos: Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor
Guía: Envía tu Espíritu creador
Todos: Y renovarás la faz de la tierra
Guía: ¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor
Guía: Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.
Guía: Escuchemos la palabra de Dios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 1, 1-8)
«Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos»
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías:
«Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos,» así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: «Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.»
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús
Guía: La venida de Cristo exige una continua conversión. El tiempo del Adviento, es una llamada a la conversión para preparar los caminos del Señor y acoger al Señor que viene. Él ya no quiere nacer en una cueva, quiere nacer, ahora, en cada uno de los corazones de los hombres.
En el contacto con Dios, a través de la oración:
¿Nos damos cuenta de lo que aún tenemos que cambiar?
Guía: Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo nuestro Señor
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy se abre una esperanza nueva: Es posible una realidad distinta. La fuerza transformadora del Amor del Padre es capaz de recrear nuestro corazón orientándolo hacia la búsqueda del bien común y los valores que defienden la vida.
¡Alegrémonos en el Señor! ¡Jesús, el Emanuel, ya llega; se acerca la salvación!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (Jn 1, 6-8. 19-28)
«En medio de ustedes hay alguien a quien no conocen»
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?» El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías.»
«¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?» Juan dijo: «No.» «¿Eres el Profeta?» «Tampoco», respondió.
Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.»
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.»
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor
Guía: Él ha venido como el médico que cura las más profundas enfermedades del hombre. Por esto, la peor de nuestras enfermedades, el pecado, en esta visión de la gran misericordia del Señor, es simplemente un obstáculo porque el Salvador divino ha venido a socorrernos.
¿Contagiamos la experiencia de un Dios que nos ama intensamente para comenzar a cambiar nuestra sociedad?
¿Damos testimonio de nuestra esperanza anunciando lo que creemos coherentemente?
El corazón generoso de una joven fue la “casa” de Dios con nosotros. La promesa del Señor que ella recibe se realiza en la compleja historia de toda la humanidad. Hoy, como entonces, recibimos el mismo desafío. Nuestro Dios sigue viniendo, la Salvación está cerca.
Abramos nuestras manos y nuestro corazón a la llegada del Reino de Dios.
Todos: llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Guía: Escuchemos la Palabra de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (Lc 1, 26-38)
Concebirás y darás a luz un hijo
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.» Y el Ángel se alejó.
Guía: Hoy en la víspera de Navidad, una persona especial ocupa nuestra atención, una mujer joven y hermosa llamada María, casi desconocida para la mayoría de los judíos. Dios, sin embargo, la eligió para ser la Madre de su Hijo, Jesucristo.
Después de unos momentos de silencio el guía debe motivar que los participantes hagan comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un compromiso.
Al igual que nuestra Santísima Madre la Virgen María:
¿Estamos dispuestos a tener como único propósito en la vida hacer la voluntad del Señor, y meditar en nuestro corazón el misterio del nacimiento de Cristo?
¿He cumplido los compromisos que me propuse?
¿Cómo hemos cumplido esos compromisos que nos hemos propuesto anteriormente?
¿En qué he tenido éxito, en qué he fallado?
¿Estoy dispuesto a cumplir y ser fiel al igual que María lo fue en su vida?
Guía: Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Haz que la presencia de la Santísima Virgen María nos ayude a dar ese último esfuerzo para estar listos y recibirte. Permítenos acompañarte durante estos últimos días en su camino a Belén para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.