Parroquia
San Miguel Arcángel
Guía: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Todos: Amén
Guía: Ven Espíritu Santo
Todos: Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor
Guía: Envía tu Espíritu creador
Todos: Y renovarás la faz de la tierra
Guía: ¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor
Guía: Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios nuestro Señor. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.
Guía: Escuchemos la palabra de Dios (Marcos 10, 43-45).
No ha de ser así entre vosotros; antes, si alguno de vosotros quiere ser grande, sea vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, sea siervo de todos, pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús
En nuestro hogar, ¿cómo nos ayudamos unos a otros diariamiente? Cada miembro de la familia, si lo desea, puede responder en voz alta a esta pregunta.
Guía: Cada miembro de la familia dirá su propósito a cumplir en la semana, luego de lo reflexionado anteriormente.
Guía: Padre, que nos has dado una familia en la que todos nos ayudamos y somos felices, te pedimos bendecir nuestros trabajos y tareas de todos los días para que cumplamos con más ganas y alegría la tarea que nos toca hacer a cada uno de los miembros de esta familia en nuestro hogar.
Todos los integrantes de la familia se toman de la mano y rezan juntos el Padre Nuestro.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Señor, a ti clamamos:
Envíanos tu Salvador.
Confiados esperamos
tu luz, tu vida y tu amor.
Ven, oh Señor, danos tu paz.
Tu pueblo ansioso clama a ti,
socórrenos, no tardes más.
Anhelos del Mesías,
tu pueblo eleva en su cantar,
tristeza es nuestra vida,
vivida sin tu paz.
Recuerda tu promesa
y tu deseo de salvar,
inmensa es la tristeza
de nuestro peregrinar.
La espera del Mesías
también nos viene a recordar,
su última venida
en gloria y majestad.