Parroquia
San Miguel Arcángel
Seguinos:
Jesús derrama su Espíritu Santo a todos los enfermos y los adultos mayores que sienten debilitado su cuerpo. Lo hace por medio del Sacramento de la Unción de los enfermos, que consiste en Ungir con aceite consagrado por el obispo el día del jueves santo, la frente y las manos del enfermo o anciano.
Su efecto es derramar el Espíritu Santo para fortalecer el espíritu del enfermo/anciano y pueda recibir las gracias de santificarse en medio de su enfermedad y la sanación espiritual y física, está última si es la voluntad de Dios. Es un sacramento que da fortaleza, sanación, perdón de pecados y paz en medio del dolor.
También se brinda este sacramento a las personas que están por fallecer para que tengan la sanción espiritual y entreguen su alma al Señor en paz.
Acércate en horario de Secretaría Parroquial o contacta a las catequistas y averigua sobre la catequesis de Confirmación para iniciar tu itinerario catequístico hacia el sacramento.
No. Es una decisión personal que se toma cuando tu vida espiritual llega a comprender y tomar conciencia de ser discípulo de Jesús y testigo de su Resurrección en el mundo.
Pasa que no has completado tu crecimiento cristiano. Por más que tengas fe, no has dado pasos de compromisos con Jesús y con la comunidad eclesial. Tu fe es infantil sin desarrollarse.
Te has privado de los dones del Espíritu Santo que hace pleno en Gracia tu seguimiento del Señor Jesús.
El proceso de hacernos cristianos supone los tres sacramentos de iniciación que son: Bautismo, Confirmación y Comunión. El Bautismos nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia; la Comunión alimenta con la presencia de Jesús Eucaristía nuestra entrega a vivir el evangelio. La Confirmación es el paso de decisión personal para adherirme personalmente a Jesucristo y recibir así su Espíritu Santo que me hace testigo de Jesús delante de los hombres.
Un cristiano maduro, discípulo y misionero, vive su fe en la triple dimensión sacramental del Bautismo, la Comunión y la Confirmación.
Muchos católicos que tienen su fe infantil piensan que ya han cumplido con la comunión y se alejan del seguimiento del Señor y la vivencia comunitaria cayendo en una vivencia de fe mediocre, sin compromisos personales y sin vivir los criterios de la Palabra de Dios en su vida personal. Se alejan de la Iglesia y de los sacramentos perdiendo así lo que han recibido hasta el presente.
El Seguimiento del Señor dura toda la vida y termina con la visión cara a cara de Jesús en el cielo. Por eso lo correcto es perseverar en el seguimiento del Señor y profundizar con el Espíritu Santo nuestra relación personal con Él: la celebración de la Eucaristía y la Reconciliación nos ayudan en el andar detrás de los pasos de Jesús. El compromiso apostólico y las devociones ponen en práctica nuestra fe convirtiéndola en obras de amor y caridad. Es decir, vivir conscientemente el Evangelio de Jesús.
Como católicos cumplimos el mandamiento de Santificar el nombre del Señor mediante el precepto dominical de celebrar la Eucaristía en Comunidad. (Ir a Misa el Domingo). Los padres con conciencia de educar en la fe a sus hijos deben llevarlos a las celebraciones para que se vayan familiarizando con la misma. Por supuesto que durante el tiempo de catequesis es fundamental fortalecer el vínculo espiritual con el Señor mediante las celebraciones.
Siguiendo las sugerencias de la Arquidiócesis son dos años en periodos de marzo a diciembre.
Hay diversidad de criterios que responden a diversas realidades. En nuestra parroquia recibimos a los niños de 10 años en adelante.
Las familias con conciencia de su responsabilidad de educar en la fe inician los procesos del conocimiento de Jesús y la vida de oración en su hogar con las enseñanzas y el ejemplo.
Consulta los requisitos formales en esta página y acércate a la secretaria parroquial con la suficiente antelación.